sábado, 20 de junio de 2015

CHRISTOPHER LEE - 'NEVER MORE'




El segundo de los artistas que ha fenecido recientemente estos días ha sido Christopher Lee, el pasado 7 de Junio, un poquito después que B. B. King. El actor británico (fallecido con 93 años) puede ser más conocido por las nuevas generaciones de fans por sus interpretaciones en las sagas fílmicas de "El Señor de los Anillos" o "La Guerra de las Galaxias", en donde encarnó respectivamente a los personajes de Saruman y el Conde Dooku, pero para todos aquellos de nosotros que ya empezamos a tener una edad Lee siempre ha sido, es y será la personificación más terrorífica del Conde Drácula de la historia del cine. El Drácula que Lee interpretaba en las viejas películas de la Hammer tenía una cualidad que ningún otro actor (incluyendo a Bela Lugosi) supo aportarle hasta entonces a la creación de Bram Stoker: era una amenaza física. Ayudado por su tremenda altura, el vampiro silencioso y con ojos inyectados en sangre de Lee transmitía al espectador la sensación de encontrarse realmente frente al mal hecho carne, un diablo primigenio y gutural cuya animalidad y sed de sangre simplemente traspasaban la pantalla. El Drácula de Lee, con perdón de la expresión, acojonaba.

Lo que no sabe todo el mundo es que Lee, en el fondo, despreciaba al personaje del conde transilvano, a pesar del éxito que le proporcionó y en el que fundamentó su carrera, puesto que lo encasilló durante muchos años dentro del género de terror (un género muy alejado de su sensibilidad, a pesar de lo que pudiera parecer) cuando su gran aspiración como actor era interpretar a los grandes clásicos del teatro universal, empezando por Shakespeare, a quien había tenido el placer de llevar a las tablas durante sus años universitarios. No siempre puede ganarse uno la vida haciendo lo que le gusta. Hombre extraordinariamente culto e instruido, el propio Lee tenía sangre azul, puesto que su madre era una condesa de origen italiano (de casta le viene al galgo). Nacido en el aristocrático barrio londinense de Belgravia, su infancia transcurrió en Suiza, en donde además de su inglés natal, aprendió a hablar con total fluidez el francés, el alemán y el italiano (de hecho Lee fue un políglota extraordinario, puesto que a lo largo de su vida llegó a aprender, además de los ya mencionados, un total de 9 idiomas, el español entre ellos). En la universidad Lee se licenciaría en latín y griego clásicos.

Pero si todo lo anteriormente mencionado no fuera suficiente, Lee era también un más que dotado cantante de ópera, al igual que su abuela, la soprano Marie Carandine. El actor rechazaría cursar estudios de canto en el conservatorio, puesto que prefirió priorizar su incipiente carrera dramática y actoral, a pesar de sus enormes cualidades como barítono. Sin embargo, el gusto por el bel canto no le abandonaría jamás a lo largo de su vida, puesto que lo practicó de forma amateur siempre que pudo.

Como sincero homenaje incluimos, al igual que en el caso de B. B. King, una ilustración de Francesco Francavilla (un artista que empieza a ganar muchos enteros dentro de mis preferencias) y un vídeo con un fragmento de la película "Umbracle" (1970) de uno de mis cineastas de vanguardia favoritos, el catalán Pere Portabella. Película experimental en un contrastadísimo blanco y negro (lo que en la década de los 70 daba en llamarse "arte y ensayo") en la escena de "Umbracle" que vamos a ver a continuación el director Portabella le pidió a Lee que improvisase durante unos minutos delante de cámara y, ni corto ni perezoso, el actor decidió romper con la imagen terrorífica que el público mayoritario de aquella época tenía de él y mostrar su verdadera cara, lanzándose a cantar diversos fragmentos de óperas en francés y alemán (unos fragmentos de "El Holandés Errante" de Richard Wagner y el aria de Mephisto de "La Condenación de Fausto", obra de Hector Berlioz) además de recitar magistral e íntegramente en inglés el poema de Edgar Allan Poe "El Cuervo". Sobrecoge escuchar en boca de Lee los versos de Poe porque, tristemente, y al igual que el mítico cuervo de la narración, él ya no se encuentra entre nosotros... "nunca más".


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