viernes, 19 de junio de 2015

B. B. KING - 'THE THRILL IS GONE'




Bueno, pues ya estamos de vuelta por el blog. Sí, ya sé que dije que tras finalizar el homenaje a García-López sólo me iba a tomar un par de semanas de relax y que al final han sido dos meses... pero como dijo Albert Einstein, "el tiempo es relativo". Total, seis semanitas de nada de diferencia, que además pasan volando. Pero tras la paliza que supuso publicar una entrada diaria durante casi dos meses, realmente necesitaba ese descanso, la verdad. Y se está tan a gustito viendo los toros desde la barrera...

La cuestión es que ya hemos regresado con las pilas cargadas, supervitaminadas y mineralizadas, que ya iba siendo hora. Y antes de reanudar nuestra actividad habitual, nos gustaría tener un recuerdo especial para algunos artistas excepcionales que, tristemente, se han marchado durante el intervalo de tiempo en que hemos estado fuera, y que, por su tremenda relevancia y calidad, no podían dejar de tener su reflejo en esta bitácora. La vida, muy a nuestro pesar, no detiene nunca su paso inexorable...

Ése es el caso de Riley Ben King, más conocido como B. B. King, fallecido el pasado día 14 de Mayo en Las Vegas (Nevada) a la edad de 89 años. Uno de los mejores bluesmen (si no el mejor) que ha dado la historia del género. Para rendirle tributo postrero, lo hacemos por partida doble, primeramente con la magnífica ilustración de Francesco Francavilla que tienen ustedes más arriba, en la que se recoge uno de esos celestiales momentos en los que King extraía notas de música de su querida Lucille, acariciando sus cuerdas con los dedos. Y como inevitable complemento sonoro, acompañamos la entrada con el tema que pone título a la lámina de Francavilla, 'The Thrill is Gone', uno de los más famosos y recordados del guitarrista de Mississippi. Curiosamente, la canción no era suya, sino que fue compuesta por Roy Hawkins en 1952, aunque el tema sin duda debe su popularidad a King, que grabó una versión para su álbum de 1969 'Completely Well'. Tanto si sois amantes de la buena música como si solamente sois personas con un mínimo de sensibilidad artística, notaréis cómo se os parte el corazón por dentro al ritmo lento y reposado que marca la voz grave de B. B. King.

La magia se perdió desde que ya no estás, viejo.


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