domingo, 5 de enero de 2014

¿SIGUE SIENDO UN CÓMIC RECOLOREADO
EL MISMO CÓMIC?


Portada de Jerome Opeña de 2013 para la reedición de 'Miracleman' en Marvel Comics.

Bajo este mismo título, el articulista Matt D. Wilson escribía hace unos días una interesantísima reflexión en la web especializada 'Comics Alliance' en torno a la tendencia que muestran actualmente las editoriales americanas a recolorear digitalmente sus cómics clásicos, motivada por la polémica surgida entre los aficionados de aquel país tras el color infográfico aplicado por Marvel para su nueva edición de Miracleman (serie que, tras décadas de espera por problemas legales y litigios en los juzgados, por fin va a ser reeditada para alegría de todos aquellos que no pudieron disfrutarla en su momento). El artículo, además de estar estupendamente escrito, es especialmente certero y clarividente en sus reflexiones, dando de lleno en el blanco en más de una ocasión. Es por este motivo, y por coincidir en varios puntos con mi propia opinión personal sobre el tema, que a continuación reproduzco fielmente una traducción al castellano del escrito de Wilson.

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IS A RECOLORED COMIC STILL THE SAME COMIC?

Esta semana, Marvel ha lanzado unas cuantas páginas de avance del primer número del nuevo Miracleman remasterizado. Antes incluso de que las imágenes vieran la luz oficialmente el Miércoles, los aficionados ya habían obtenido muestras de las nuevas imágenes y habían establecido comparaciones entre la versión original en blanco y negro de la revista Warrior, los primeros números de la serie de Eclipse Comics y la versión recoloreada de la Edición Coleccionista de Eclipse.



A la izquierda, la versión original de Miracleman (Marvelman) en blanco y negro para la revista Warrior. En el centro, la versión coloreada en los años 80 por la editorial Eclipse. A la derecha, el nuevo color digital de la reciente edición de Marvel Comics. Apréciense también las sutiles diferencias en la rotulación.


Parece que de un tiempo a esta parte, todas las editoriales que abordan las reediciones de lujo de cualquier cómic que tenga más de 25 años de antigüedad considerasen necesario el recoloreado. Quizás lo sea. Tal vez los colores pasados de moda sean un lastre para los lectores acostumbrados a las técnicas más modernas. Pero yo me pregunto cuánto modifica un cómic el hecho de cambiar su color original.

Comencemos por una afirmación que no creo que sea polémica en absoluto: los coloristas no reciben suficiente reconocimiento. Ellos (junto con los rotulistas) a menudo se quedan fuera de los debates de la crítica, tienen un espacio menor en los títulos de crédito de los cómics y, cuando una obra en la que trabajaron se reedita años más tarde, su trabajo es completamente modificado por otra persona.

Ahora, Miracleman es un caso inusual. Estos cómics se publicaron originalmente en blanco y negro. Si tenemos que dar crédito a Axel Alonso, Editor en Jefe de Marvel, el color de la edición de Eclipse era realmente perjudicial para el arte original. Aquí está la cita de la nota de prensa de Marvel:

‘Cuando estas historias fueron coloreadas originalmente, los artistas nunca fueron consultados - y eso se nota. Los métodos de coloreado de la época perjudicaron gravemente el producto final. Pero ahora, a través de una estrecha colaboración con todos los artistas, estamos orgullosos de presentar estas historias de manera concordante con su visión creativa primigenia.’

(Cabe destacar algo que no se menciona en el comunicado de prensa de Marvel: el nombre del colorista).

Así que tal vez en este caso en particular el recoloreado sea una cosa buena.  La gente ha tenido sin duda sus desacuerdos acerca de si el recoloreado es una manera efectiva de modernizar obras antiguas, o si por el contrario es una profanación de esas obras, con cómics como la reelaboración de Laura Martin del Rocketeer de Dave Stevens, el recoloreado de Danny Vozzo de su propio trabajo en Sandman, el recoloreado de Brian Bolland de La Broma Asesina o incluso la creación de portadas nuevas para tomos recopilatorios.

Esos debates no son realmente lo que estoy tratando de aclarar aquí. Una vez un amigo me dijo que las técnicas más sofisticadas de coloreado moderno eran lo que realmente hacían legibles los cómics clásicos para él. No voy a culparle por eso, a pesar de que me inclino a pensar que algunos recoloreados son demasiado ‘literales’. Es decir, están más interesados en mejorar los colores originales de manera efectista que en establecer una atmósfera o un estado de ánimo, algo que el color de los cómics antiguos tenía a paladas, posiblemente para maquillar las limitaciones de sus recursos.

De todos modos, lo que estoy tratando de dilucidar es si esos cómics de Rocketeer siguen siendo los mismos cómics, o si cualquier versión de Miracleman es realmente el mismo cómic con distinto color. Claro, el guión es el mismo. Los lápices, entintado y rotulación son (casi) los mismos. Sin embargo, un elemento clave, algo que podría cambiar enormemente la manera en que un lector reacciona ante una escena, es diferente.

He estado tratando de encontrar el mejor ejemplo posible perteneciente a otro medio artístico con el que establecer comparaciones. ¿Sería parecido a un remake exacto -plano por plano- de una película con el mismo guión y el mismo director pero diferentes actores? ¿Sería como rodar de nuevo el episodio piloto de una serie de televisión?

Definitivamente, creo que la comparación más apropiada sería con el mundo de la música. Después de todo, el término ‘remasterizado’ proviene de la industria musical, puesto que es el medio en el que las obras más antiguas son relanzadas continuamente con ligeras modificaciones para mejorar la fidelidad del sonido.

La diferencia está en que los cómics recoloreados no son remasterizaciones.  Cuando todos los álbumes de los Beatles fueron relanzados para que toda su música se encontrase disponible en iTunes, simplemente se limpió el sonido para los oyentes digitales. No es que alguien llegara y sustituyera toda la percusión de Ringo por otras pistas del propio Ringo tocando la batería, o por alguien distinto tocando la batería en su lugar.

Y esa es la cuestión. El colorista es miembro de la banda, ¿correcto? Si una banda regraba uno de sus álbumes anteriores con un nuevo bajista, ya no se trata del mismo álbum, ¿verdad? Eso no quiere decir que sea peor -puede ser infinitamente mejor- pero está claro que ya no se trata de la misma experiencia.

Por Matt D. Wilson, 13 de Diciembre de 2013. Comics Alliance.

2 comentarios:

Stewart Cops dijo...

Buena cuestion tocamos...porque muchos consideran que un buen recoloreado solo lo necesitan ciertas ediciones clasicas, algunas con buen criterio como el Marvel Gold: Silver Surfer de John Buscema.
Pero estoy de acuerdo en que hay casos en que se desvirtua el trabajo original, yo soy un fan de Batman: La Broma Asesina con el color original de John Higgins, en cambio la edicion actual coloreada por el mismo Bolland no me gusta, respeto las intenciones del autor y me disculpo por mi desconocimiento, pero no veo ninguna mejoria y por mas que los comparo me quedo con la obra original.

Hombre de Trapo dijo...

Muy buenas, Stewart Cops.

Estoy completamente de acuerdo contigo en el caso de La Broma Asesina. Creo que el color de la versión original a cargo de John Higgins es superior al nuevo coloreado, por mucho que haya sido el propio Bolland el encargado de realizar el actual.

Un caso parecido es el de los 3 tomos recopilatorios que recogían el Batman de Neal Adams que publicaron DC (y Planeta) hace unos años. El nuevo color digital, aún a pesar de ser obra del propio Adams, no beneficiaba en nada al conjunto de la obra, no aportaba nada nuevo a sus dibujos. Es más, en mi opinión, creo que les perjudicaba (y bastante). Hubiera preferido que en estos tomos se hubiera respetado el color original de Petra Scotese.

Cuando una obra está acabada, no tiene sentido que un artista la retoque o la rehaga parcialmente, y más 40 años después de haberla dibujado, porque Adams ya no era el mismo artista de los años 60, ni se encontraba en la plenitud de sus facultades creativas. Cualquier modificación a posteriori no es más que una descontextualización histórica forzada y lamentable. Aunque, eso sí, como autor Adams estaba en pleno derecho de hacerlo. Todo el mundo puede hacer de su capa un sayo.

Saludos.