lunes, 30 de julio de 2012

AFORISMO X



- 'Un hombre inteligente no puede ser un buen pintor, porque para pintar hace falta una cierta ceguera, rehusar parcialmente a conocer todas las opciones y saber más de lo que está dibujando que de lo que realmente ve.' 

PETER GREENAWAY.

domingo, 29 de julio de 2012

THE CURE - FESTIVAL BILBAO BBK LIVE (12/07/12)



El pasado día 12 de este mes el legendario grupo británico The Cure actuaba dentro del marco del festival Bilbao BBK Live, en su gira veraniega de conciertos por Europa. Debido a una serie de problemas técnicos con los teclados de Roger O’Donnell, el inicio del concierto acumulaba más de una hora de retraso, por lo que el líder de la banda Robert Smith, pensando en el público, decidió salir él sólo a dar un mini-concierto acústico mientras los técnicos solucionaban el problema. Después de disculparse educadamente varias veces, Smith se lanzó al ruedo con tres temas pertenecientes a su primer álbum, ‘Three Imaginary Boys’ (1979), temas que se encontraban fuera del setlist que inicialmente tocaría el grupo.

Es de alabar la actitud del cantante y guitarrista. Mientras otras estrellas de rock se hubiesen quedado cómodamente en backstage esperando indefinidamente, Smith, un tipo que no tiene necesidad de demostar nada a nadie, amenizó la espera de los presentes, deleitando a la audiencia con las versiones de ‘Three Imaginary Boys’, ‘Fire in Cairo’ y ‘Boys Don’t Cry’. Al final de ‘Boys Don’t Cry’, Smith dijo: ‘Creo que debo tener al resto del grupo conmigo. Esperad. Por eso somos The Cure y no Robert Smith’. Poco después daría comienzo el concierto, de más de tres horas de duración (y en el que, a pesar de los pesares, se continuaron arrastrando problemas de sonido en los teclados, excesivamente bajos de volumen).

En realidad, este miniset acústico de tres temas revalorizó el concierto, y dentro de unos años los miles de asistentes al mismo podrán decir que estuvieron en aquel accidentado show donde Robert Smith salió sólo a cantar, acompañado de su guitarra. Un evento único, y por lo tanto doblemente valioso, puesto que pasará a la posteridad por su singularidad. Espero que lo disfrutéis.


martes, 24 de julio de 2012

LA REALIDAD COMPARTIDA DEL UNIVERSO DC
(Tercera y última parte)


* CASO PRÁCTICO Nº 3: HEX # 10 & LEGION OF SUPER-HEROES VOL. 3 # 23 (JUNIO DE 1986).

Aquellos pocos que sigan habitualmente el blog sabrán que Jonah Hex es uno de mis personajes favoritos del universo DC. Reconozco que sería incapaz de explicar racional y analíticamente los motivos de mi fascinación por este ser ficticio -más allá de la calidad gráfica y literaria de sus aventuras- y por lo tanto no espero que nadie la comparta, pero el caso es que es así. Desde que leí por primera vez un cómic de Hex, me quedé completamente enganchado a él, aunque no pueda explicar por qué. Supongo que habría que buscar los motivos en mi propio subconsciente, en mi yo irracional, y por lo tanto la única base científica con la que medir tal hecho sería el psicoanálisis.

Espinosa cuestión la aquí planteada: ¿POR QUÉ PROFUNDOS MOTIVOS NOS GUSTAN LAS COSAS QUE NOS GUSTAN? Os aseguro que la respuesta no es tan sencilla como a priori pudiera parecer.

El caso es que en 1985, tras las Crisis en Tierras Infinitas de Wolfman y Pérez, en las oficinas de DC decidieron dar un giro de 180º al enfoque que habían venido utilizando con el personaje de Jonah Hex. Para ello, cancelaron el volumen 1 de su serie homónima en el nº 92, y a continuación inauguraron al mes siguiente un nuevo volumen titulado ‘Hex’ a secas, desde el número 1.

Jonah Hex vol. 1 # 92 - Agosto de 1985.

Hex vol. 1 # 1 - Septiembre de 1985.

Al final del nº 92 del anterior volumen se podía observar cómo un Hex indefenso a punto de morir asesinado se desvanecía en el aire sin más. La explicación a su repentina desaparición la obtendríamos en treinta días, en el nº 1 de la nueva serie ‘Hex’.

Jonah se desvanece en el aire - Jonah Hex # 92.

Allí sabríamos que Hex había sido transportado con una máquina del tiempo desde su propia era hasta el futuro, a una Seattle a mediados del siglo XXI, por un científico llamado Reinhold Borsten. La humanidad, después de una guerra nuclear que ha diezmado al 75% de la población mundial, vive sumida en la barbarie, huyendo de la radiación. La intención de Borsten es utilizar a Hex como guerrero en su cruzada personal para eliminar a la resistencia, pero este, como es natural, se niega a ayudar a su captor. Tiene otros planes. Consigue fugarse del complejo científico-militar en el que está retenido, y se une a Stiletta y su banda de moteros ‘Los Destripadores de la Carretera’. A pesar de ser un hombre fuera de su tiempo, Hex demuestra una capacidad de adaptación asombrosa, y pronto se acostumbra a manejar motocicletas, vehículos motorizados y armas láser con total naturalidad. A fin de cuentas, no son tan distintas a un caballo o a un revólver.

Así, a mediados de los 80 Hex pasaría de ser un antihéroe western a un personaje de ciencia-ficción postapocalíptica y distópica tipo ‘Mad Max: El guerrero de la carretera’ (que, si nos fijamos bien, no deja de ser a su vez una variante punk del western). Sin embargo, los aficionados de toda la vida al personaje en los EE.UU. no recibieron nada bien el cambio de enfoque radical que les ofrecía DC, y las cartas de protesta a la editorial se sucedieron rápidamente. El rechazo por parte del fandom fue generalizado. Eso, unido a las bajas ventas, hizo que la editorial cancelase este nuevo volumen en el número 18, y terminara por devolver a Hex a su tiempo y entorno western habitual. Por lo tanto, esta corta etapa quedó como una curiosidad, un breve lapsus en la historia editorial del personaje, y eso que el cómic, sin ser nada del otro mundo, y a pesar de lo aberrante de la propuesta, tampoco estaba tan mal. Los guiones corrieron a cargo del habitual Michael Fleisher y el dibujo a manos de un primerizo Mark Texeira.

Las dos vertientes de Jonah Hex (western y sci-fi) reflejadas en la ilustración
de la ficha del personaje en el 'DC Universe - Who's who'.

Por cierto, que Fleisher tiene el récord histórico de guiones escritos para Jonah Hex: 17 números de ‘Weird Western Tales’, los 92 íntegros del primer volumen de ‘Jonah Hex’ y los 18 de ‘Hex’, para hacer un total de 127 números. Le siguen en la lista Justin Gray y Jimmy Palmiotti, con los 70 números del volumen 2 de ‘Jonah Hex’ y los 11 de la actual ‘All Star Western’, que suman 81 y aumentando. ¿Lograrán alcanzarle?

Todo esto viene a cuento porque en el número 10 de ‘Hex’ de Junio del 86 se produjo un cameo, una aparición sorpresa de la Legión de Super-Héroes que viene a confirmar las palabras de Gail Simone que abrían el primer post de esta terna, aquellas que explicaban lo maravilloso que era un universo DC donde Jonah Hex compartía realidad con la Legión, donde los personajes de la editorial estaban interrelacionados entre sí y todos podían cruzarse con todos, por diferentes que fueran.

Hex # 10.



El cameo apenas dura dos páginas, y en ellas se observa cómo un Hex a lomos de su moto duda de su cordura cuando ve cómo se materializa en el cielo ante sus ojos la crono-esfera de la Legión con Dawnstar, Element Lad, Shadow Lass y Superboy a bordo. En el número 23 del mismo mes de Junio de la Legión de Super-Héroes tenemos la versión paralela del incidente, pero desde el punto de vista de los Legionarios.

Legion of Super-Heroes vol. 3 # 23.


Debido a una tormenta cósmica que afectó a la corriente temporal, la crono-esfera se salió de su curso prefijado, yendo a parar al apocalíptico siglo XXI de Hex:

- Shadow Lass: Esa tormenta cósmica en la corriente temporal ha interrumpido nuestro viaje…  arrojándonos fuera de nuestro rumbo.

- Dawnstar: Estamos a mediados del siglo XXI, ¿no?

- Element Lad: Aún puedes dar gracias, Dawnstar. Si hubiéramos llegado unos pocos años antes, estaríamos navegando justo en medio de un holocausto nuclear.

Finalmente, con la ayuda de Superboy, los Legionarios logran remolcar la esfera hasta la corriente temporal y regresar a su época, dejando a Jonah Hex perplejo ante lo que acaba de contemplar. Un personaje exiliado de su tiempo y unos viajeros temporales perdidos confluyendo en una realidad distópica.

Reflexiones finales:

Como aficionado al cómic desde niño, nunca he podido comprender la absurda rivalidad entre los seguidores de los dos principales universos superheróicos, Marvel y DC, ni la inquina y la saña con que deceítas y marvel zombies atacaban a las series y los personajes de la editorial ‘rival’. Creo que se puede disfrutar perfectamente de ambos universos y que ser aficionado de Marvel no es incompatible ni excluyente para serlo también de DC, puesto que ambos universos de ficción tienen particularidades  e idiosincrasias que los diferencian entre sí y los hacen únicos. A fin de cuentas, uno es aficionado a las buenas historias, al buen cómic (buen guión + buen dibujo), independientemente del sello en que se publique. Lo más inteligente no es escoger uno u otro, sino lo mejor de uno y de otro.

Pero también comprendo que, en el fondo, decantarse por un bando es una necesidad casi, casi antropológica. El ser humano tiene necesidad de un sentido atávico de pertenencia tribal, de polarizar la realidad en dos opciones agresivamente enfrentadas, antitéticas. Son más atractivos los extremos que el término medio, y eso engloba todos los aspectos de la vida: blanco-negro, izquierda-derecha, Beatles-Rollings, Barça-Madrid, PP-PSOE, bueno-malo,… Fútbol, política, religión, cine, música, cómics,… Nuestra opción siempre es la correcta, no por ser la mejor, sino por ser nuestra. Y el acto de denigrar o minusvalorar los méritos o las virtudes del rival forma parte del ritual de reafirmación de la propia personalidad, del YO frente al OTRO, del ser frente a la imagen que nos devuelve la mirada en el espejo, idéntica pero invertida.

Atendiendo a esta necesidad, (y aclarando de antemano que me encantan ambos universos), si tuviera que coger una balanza y declararme a favor de Marvel o DC, con toda probabilidad escogería a la última. La neutralidad no existe, la objetividad tampoco. Obligado a escoger bando, me quedaría con DC (sí, Carlos Javier, yo fui uno de los dos locos que votaron por DC en tu reciente encuesta). Y mira que resulta difícil defender a DC, tras el actual reboot.

Creo que DC, como universo de ficción, representa un tablero de juego mayor en el que jugar que Marvel. Hablando en términos de antigüedad editorial, La Edad de Oro, la Golden Age de los cómics, pertenece casi en exclusividad a DC (con las excepciones de Kazar, Namor, Capitán América y Los Invasores de Timely, en tiempos pre-Marvel).

Así mismo, DC tiene un mayor número de personajes pertenecientes a géneros pulp, personajes y series que como National Periodical ya publicaba antes de empezar a publicar superhéroes, y que seguiría publicando después, durante los años 50, cuando debido al macarthismo y al psicólogo Frederic Wertham sólo conservaron título propio Superman, Batman y Wonder Woman. Sin DC, el cómic de superhéroes hubiera terminado por desaparecer. Si en los 60 la regeneración del género fue posible gracias a Marvel, se debió en parte al éxito previo de la Justice League of America. Los 4 Fantásticos fueron la repuesta Marvel a aquella serie.

Es por eso que DC tiene más desarrolladas que Marvel vertientes pulp como el cómic noir, el bélico o el western (como mencionábamos en el post anterior) pero también otras como la ciencia-ficción (Adam Strange, Tommy Tomorrow, Star Hawkin, RIP Hunter, Captain Comet, Ultra the Multi-Alien, Space Adventures, Mistery in Space, etc…) . Todos los cómics DC de la Silver Age tenían un fuerte componente paracientífico.

Por no hablar de los personajes del ala esotérica de la editorial. La armada siniestra, la línea dark (como se llama ahora) del universo DC es casi imbatible (Sandman, Swamp Thing, Hellblazer, Phantom Stranger, The Spectre, Demon, Deadman, Madame Xanadú, Night Force, Tim Hunter, Shade the Changing Man,…). De hecho, uno de los grandes errores estratégicos de la editorial en los últimos años fue escindir a gran parte de estos personajes, plenamente integrados en su continuidad, en el subsello Vértigo.

Además, DC actuaba como imán de otras editoriales más pequeñas, a las que terminaba por absorber (Quality, Charlton, Fawcett, o en tiempos más recientes, Wildstorm). El catálogo de personajes de estas editoriales terminaban integrados dentro de la continuidad principal DC (o de su multiverso), aumentando su variedad y diversidad. Por eso, a pesar de lo necesarias que fueron en su momento, y que están consideradas como una de las obras cumbres del cómic de superhéroes, las Crisis en Tierras Infinitas originales supusieron una gran pérdida de riqueza y heterogeneidad para el universo DC, sin parangón hasta ese momento.

Marvel, por el contrario, nació como un universo casi exclusivamente superheróico (con la excepción de las primeras historias ‘de monstruos’ de Lee y Kirby). Superhéroes con superproblemas, mucho más imperfectos (y por tanto mucho más humanos) que los de DC, que por el contrario tenían un mayor valor icónico. Marvel no comenzó a diversificar su temática editorial hasta los años 70, con la marcha de los dos padres fundadores (uno a DC y el otro ascendido a funciones ejecutivas). Durante esta década, además de los consabidos superhéroes, la Casa de las Ideas apostó por las artes marciales, los cómics de terror o la espada y brujería. Por la renovación, en definitiva.

El universo DC es más antiguo, más grande, más expansivo y variado. Más desbordante. Por el contrario, está mucho menos cohesionado que el universo Marvel. La continuidad Marvel es mucho más sólida, consistente y coherente que la de DC, facilitado por el hecho de su menor tamaño. La continuidad siempre ha sido el gran talón de Aquiles de la editorial de Detective Comics. Por eso resulta mucho más difícil iniciarse en el universo DC que en el Marvel, puesto que parece más inaccesible. Requiere mucho más esfuerzo e implicación por parte del lector.

El último despropósito para la maltrecha continuidad de la editorial es el reboot de ‘The New 52’. Hoy en día es prácticamente imposible encontrar nada de la DC que conocimos y amamos en sus cómics, ninguna de las características de la realidad compartida que hemos estado diseccionando en los tres ejemplos de los últimos artículos. Los personajes actualmente carecen de background, de pasado, de historia, puesto que ha sido borrada, y por consiguiente todo el tapiz de elementos que los interrelacionaban ha desaparecido. Ya no hay nada que ponga en contacto a Cinnamon con Hawkgirl, por ejemplo.

Tirando de tópicos, la esperanza es lo último que se pierde, y no hay mal que 100 años dure. Estoy seguro que el antiguo universo DC, el de toda la vida, el auténtico, volverá tarde o temprano, y el actual nuevo universo pasará a ser uno de tantos de los que puebla el multiverso. Recordemos que el Jonah Hex postapocalíptico duró sólo 18 números. Y en cualquier caso, los cómics previos al reboot siguen estando ahí. No han desaparecido.

DC es un gigante dormido, desconocedor de su propia grandeza y potencial. Esperemos estar ahí cuando despierte.

lunes, 23 de julio de 2012

LA REALIDAD COMPARTIDA DEL UNIVERSO DC
(Segunda parte de tres)


* CASO PRÁCTICO Nº 2: JUSTICE LEAGUE OF AMERICA # 198-199 (ENERO-FEBRERO DE 1982).


Guión: Gerry Conway.
Lápiz: Don Heck.
Tinta: Brett Breeding.
Portadas: # 198 (Ross Andru) y # 199 (George Pérez).
Título: # 198 (‘Once Upon a Time in the Wild, Wild West…’) y # 199 (‘Grand Canyon Showdown’).

Durante los primeros años 80, el cómic de la Liga de la Justicia tuvo la suerte de contar con un artista del calibre de George Pérez como dibujante regular de la serie. Su colaboración no fue demasiado larga, apenas una decena de números, pero sí que fue una etapa muy definitoria para el título, siendo recordada como una de las grandes épocas del grupo incluso hoy en día. Su último número sería el # 200, un especial conmemorativo con el doble de páginas de extensión y en el que, además de Pérez, colaboraron Patt Broderick, Jim Aparo, Dick Giordano, Gil Kane, Carmine Infantino, Brian Bolland y Joe Kubert como ilustradores del guión de Gerry Conway. Casi nada.

Es por ello que, entre el número 197, (el penúltimo dibujado por el gran Pérez) y el especial nº 200 se intercalaron este par de números ilustrados por el veterano Don Heck a modo de fill-in, para dar tiempo a Pérez y al resto de dibujantes de explayarse a gusto con el bicentenario de la Justice League.

Pero quien piense que los números 198-199 son meros números de relleno a la espera del antológico 200 se equivoca. Curiosamente, esta minisaga terminaría convirtiéndose con el paso de los años en una de las que mejor recuerdo guardan los grandes aficionados a la Justice League. Una fan-favourite. Y de nuevo de la mano de Conway tenemos al Señor del Tiempo como villano recurrente del grupo, en una aventura que guarda la particularidad de que la Liga de la Justicia va a parar al salvaje Oeste americano, the Wild, Wild West.

Si en los números 159-160 era Jonah Hex -entre otros- quien dejaba el siglo XIX para viajar al futuro, en esta ocasión serán los héroes del siglo XX quienes viajen atrás en el tiempo para devolverle la visita al pistolero. Quien por cierto, no se encontrará sólo para recibirlos, sino acompañado de tres de los mejores personajes de la vertiente western del universo DC: Cinnamon, Scalphunter y Bat Lash.

- Cinnamon (Katherine Manser), personaje creado por Roger McKenzie y Jack Abel en ‘Weird Western Tales’ # 48 (Octubre 1978). Siendo una niña, la pequeña Kate presenció cómo unos bandidos asesinaron a sangre fría a su padre, el sheriff de un pequeño pueblo olvidado de la mano de Dios. Después de criarse en un orfanato, la pelirroja Kate creció hasta convertirse en una de las más mortíferas cazarrecompensas del Oeste, siempre con el objetivo de hallar a los asesinos de su progenitor y vengar su muerte.

Cinnamon, canela fina.

Este personaje tiene la peculiaridad de ser una de las múltiples vidas pasadas de Shiera Sanders (Hawkgirl). Recordemos que Hawkgirl fue originariamente la princesa egipcia Chay-Ara, y Hawkman (Carter Hall) el príncipe Khufu. Ambos fueron malditos por el despechado nigromante Hath-Set a reencarnarse durante mil vidas, en todas las cuales estaban condenados a reencontrase en otros cuerpos e identidades y a morir de nuevo antes de poder culminar su amor, en un ciclo eterno de desespero e insatisfacción. En el siglo XIX, Chay-Ara se reencuentra con el príncipe Khufu reencarnado bajo la identidad del también pistolero Nighthawk (Hannibal Hawkes, creado por Robert Kanigher y Charles Paris en ‘Western Tales’ # 5, Octubre de 1948). Por lo tanto, ambos personajes (tanto Cinnamon como Nighthawk) no tardarían en formar pareja sentimental y compartir aventuras en el salvaje Oeste, donde fueron conocidos como uno de los dúos más letales.


En el reciente Brightest Day # 0 (Junio de 2010) pudimos observar una escena (magníficamente dibujada por el asturiano Fernando Pasarín) en la que Hawkman y Hawkgirl tienen una visión de algunas de sus vidas pasadas, entre las que destaca en primer plano las vividas como Cinnamon y Nighthawk (y también la encarnación de Hawkman como The Silent Knight, uno de los héroes medievales de DC que debutó en el mismo nº 1 de ‘The Brave and the Bold’ en que lo hizo el Príncipe Vikingo. Pero esa es otra historia…).

Brightest Day # 0 - Fernando Pasarín.

Como curiosidad, señalar que la muerte le llegó al príncipe Khufu en su encarnación como Nighthawk en el mítico número 3 de ‘Crisis en Tierras Infinitas’, donde murió alcanzado por la nube de antimateria del Anti-Monitor.

La muerte de Nighthawk - Crisis on Infinite Earths # 3.

- Scalphunter (Cazador de Cabelleras), alias de Brian Savage, personaje creado por Sergio Aragonés y Joe Orlando en ‘Weird Western Tales’ # 39 (Abril de 1977). A pesar de lo que pueda parecer, Scalphunter no es un personaje indio, sino que es un hombre blanco. De niño fue robado de las manos de sus padres por los indios Kiowas, que lo criaron dándole el nombre de Ke-Woh-No-Tay (‘El que es menos que humano’). Después de descubrir sus raíces , Scalphunter regresó a la sociedad blanca, donde se convirtió en un pistolero, pero sin perder nunca su lado indio, con cuya cultura permaneció siempre en contacto. A lo largo de sus muchas correrías compartió aventuras con Bat Lash, con quien formó una especie de dúo no oficial. Durante los últimos años de su vida se convirtió en sheriff de Opal City, la ciudad que en el futuro sería el hogar del héroe Starman.


De nuevo James Robinson se cruza en nuestro camino en este artículo. Y es que Robinson estableció en la serie de Starman durante los años 90 que el personaje de Matt O’Dare (oficial de policía de Opal City) era en realidad la reencarnación de Brian Savage. No sólo eso, sino que además sugirió que Savage se reencarnaría una y otra vez hasta convertirse en el héroe del futuro siglo XXX Star Boy (miembro de la Legión de Super-Héroes).

Tony Harris... digo Matt O'Dare.


- Bat Lash (Bartholomew Aloysius Lash), creado por Sheldon Mayer y Carmine Infantino en ‘Showcase’ # 76 (Agosto de 1968), es un encantador y adorable sinvergüenza, un crápula juerguista y mujeriego. Un pequeño estafador, un tahúr experto en juegos de naipes, apuestas y todo aquello en donde haya dinero (o señoritas) de por medio. También es uno de los pistoleros con mejor puntería del Oeste. Vivió aventuras tanto en solitario como (ya lo habíamos apuntado anteriormente) formando dupla con Scalphunter.


…Por cierto, si queréis saber más de estos personajes, en la actualidad tanto Bat Lash como Cinnamon y Nighthawk aparecen en las historias de complemento del tercer volumen de ‘All Star Western’, (junto con otros ilustres personajes del Oeste DC como ‘El Diablo’). Y es que All Star es una serie tan buena que no me canso nunca de recomendarla. Por ejemplo, la última historia de complemento de Bat Lash venía dibujada por José Luis García-López, nada más y nada menos.

Como veis, el universo DC, como buen universo de ficción, es un maravilloso tapiz persa. Un bordado colectivo realizado por las manos de cientos de autores a lo largo de los años, en el que todos los personajes (incluido aquellos que a priori no tienen nada que ver) están interconectados entre sí, directa, indirectamente o a través de terceros. Los actos de los personajes tienen repercusiones no sólo en el presente, sino tambien en el futuro y el pasado de otros personajes. Por eso, la más mínima alteración de cualquiera de las hebras que forman el tapiz podría deshilacharlo por completo, echarlo a perder. Ese es el motivo por el cual hay que ser muy cuidadoso cuando se juega con el pasado o la continuidad de los personajes, incluso de los secundarios. Al tratarse de una realidad compartida, sería tremendamente fácil calcular mal, errar y arruinar el bordado.

Por no hablar de aquellos autores que no sienten el más mínimo respeto ni consideración por el trabajo colectivo de autores pretéritos -quizás más talentosos que ellos mismos- y que se pasan la continuidad y el pasado por el arco del triunfo, sin remordimientos. Ya sabéis a qué me refiero… Una cosa es dedicarse a deshacer durante la noche lo bordado durante el día -cual Penélope- y otra cosa muy diferente es coger el mechero y prenderle fuego al bordado.

Sinopsis argumental de JLA # 198-199:

Gerry Conway empleó en estos dos números uno de los esquemas argumentales clásicos de la JLA a lo largo de su historia: dividir al grupo, observar cómo evolucionan por separado las aventuras de sus integrantes en solitario durante gran parte de las páginas, y volver a reunirlos al final para que se enfrenten juntos a la gran amenaza. Un armazón de estructura sencilla (que no simple) pero tremendamente entretenido. Pura diversión sin pretensiones, algo de lo que adolecen la mayor parte de los cómics hoy en día, demasiado preocupados por epatar o por ser falsamente trascendentes, olvidando la máxima principal del mundo del espectáculo: NUNCA ABURRIR. Algo que el guionista de ‘La Muerte de Gwen Stacy’ o ‘Cinder and Ashe’ ha tenido siempre presente a lo largo de su carrera. Tengo que confesar que siempre me ha gustado Conway. Todos los cómics que he leído de él siempre me han dado justo lo que esperaba, ni más ni menos. Pequeñas historias autoconclusivas, pero altamente satisfactorias.

El Señor del Tiempo logra capturar a 4 miembros de la JLA (Green Lantern, Zatanna, Elongated Man y Flash), arrojándolos atrás en la corriente temporal, desprovistos de memoria o recuerdos, hasta la Arizona del año 1878. Los 4 héroes van a parar a distintos puntos del desértico estado: así, Jonah Hex se encontrará en el desierto con un violento y desorientado Green Lantern, que le atacará antes de caer inconsciente por agotamiento e insolación. Hex se encarga de recoger y cuidar a Hal Jordan hasta que este recupere las fuerzas.



Zatanna aparece en un pueblecito de mala muerte llamado Desecration, en donde los matones locales pronto la ponen en dificultades en el saloon hasta la aparición salvadora de Cinnamon. Ante la evidente incapacidad de defenderse por sí misma que muestra Zatanna, Cinnamon decide hacerse cargo temporalmente de ella.



Por otro lado, Elongated Man se encarga de salvarle la vida a Scalphunter, que se vio sorprendido por el ataque de un puma en pleno bosque (la verdad es que nunca he apreciado demasiado a Don Heck, un dibujante de trazo demasiado tosco para mi gusto, pero hay que reconocer que en la secuencia de la lucha de Ke-Woh-No-Tay contra el puma está que se sale, bien arropado por el trabajo dulcificante de las tintas de Brett Breeding).



En la ciudad de Tucson, en un sórdido salón de juego, un Flash oculto tras un sombrero y una gabardina observa una partida de póker en la que participa Bat Lash. En un momento dado, el resto de integrantes de la partida acusan a Lash de hacer trampas, y se disponen a dispararle. Lash logra desarmarlos y consigue huir, ayudado por Flash. Ambos personajes hacen rápidamente buenas migas.



Mientras tanto, en el presente, Superman investiga la misteriosa desaparición de los 4 miembros de la Justice League, y descubre que detrás de la misma está el Señor del Tiempo, que le ataca con kriptonita. Mientras Superman agoniza en el suelo afectado por la mortal radiación, el villano le cuenta sus planes (sí, el tópico del supervillano que le explica al héroe con pelos y señales -y de paso al lector- todo lo que tiene planeado, antes de que lo detengan). El motivo por el que el Señor del Tiempo ha enviado a los amnésicos héroes a 1878 es porque en ese año, sin que nadie lo supiera, cayó sobre el desierto de Arizona un meteorito de antimateria. En el momento en que la materia negativa entró en contacto con la positiva, el meteorito se disolvió en la nada. Por lo tanto, el Señor del Tiempo ha enviado a los héroes para que detengan al meteorito antes de entrar en la atmósfera, para así poder apoderarse de su energía cósmica y convertirse en el amo del mundo presente, pasado y futuro.


Mientras explica esto, el Señor del tiempo dice lo siguiente, mientras observa a los héroes a través de sus monitores:

- ‘Ahí están: Green Lantern, Zatanna, Elongated Man y Flash… mis involuntarios agentes en 1878. Sólo para estar absolutamente seguro de que harán lo que espero que hagan, he enviado a cuatro vigilantes  personales para que les echen un ojo’.


Así termina el número 198, con la sugerencia por parte de Conway de que el encuentro de los aturdidos miembros de la Liga con los 4 héroes western locales no ha sido casual, sino que el Señor del Tiempo, repitiendo la jugada de los números 159-160, puede estar controlando a Jonah Hex y compañía. La sombra de la sospecha está sembrada…

…Aunque no tarda en despejarse. Nada más comenzar el nº 199, se descubre que los ‘4 vigilantes personales’ enviados para observar a los héroes son en realidad 4 androides camuflados de vaquero. Por lo tanto, la sospecha del final del nº 198 había sido una pista falsa. Esta vez, Cinnamon, Scalphunter y cía están del lado de los buenos.


Pronto, los héroes comienzan a recobrar la memoria, y tras reunirse de nuevo y las aclaraciones de rigor, deciden combatir contra los robots del Señor del Tiempo (¿a nadie le suena la película ‘Almas de Metal’ -Westworld- protagonizada por Yul Brynner en los 70?).

¿Qué diría Jotacé de este imagen? -Hola, muñeca.
¿Quieres que tape tu agujero?-


Los héroes cabalgan juntos.


Westworld (Almas de Metal) - Michael Crichton, 1973.

Una vez han eliminado los robots, y creyendo que el meteorito de antimateria que se aproxima a la Tierra es letal, los héroes se disponen a impedir que impacte contra la Tierra -justo lo que el Señor del Tiempo quería-. Pero en el presente, y antes de que pueda recolectar la energía cósmica, Superman, que se había desecho previamente de la kriptonita, logra detener al villano. Los integrantes de la JLA desplazados al pasado logran volver a nuestra época sin mayores inconvenientes.

Otras consideraciones:


A) En Crisis en Tierras Infinitas # 3 (Junio de 1985) pudimos comprobar que tanto Jonah Hex como Bat Lash recordaban este encuentro que tuvieron apenas 3 años atrás con los amnésicos miembros de la Liga de la Justicia en el Oeste. Cuando un asustado Bat Lash comienza a disparar contra el grupo del Monitor formado por Psimon, Cyborg, Firebrand y el Green Lantern John Stewart, Jonah Hex lo detiene diciéndole:

- Jonah Hex: ¡Lash! ¡Espera! ¿No te acuerdas del uniforme verde que lleva aquel hombre? Es el mismo que vimos en aquel otro tipo que se llamaba a sí mismo Linterna o algo así. Solo que él no era un hombre de color.

- John Stewart: He reemplazado a aquel otro Green Lantern.


B) Esta aventura de la JLA está inspirada en el viaje del otro gran grupo de la competencia, los Vengadores, al salvaje Oeste marveliano durante la saga de la Corona Serpiente, a caballo entre los años 1975/76. Realizada por Steve Englehart y George Pérez, la Saga de la Contratierra (como también es conocida en España) fue publicada en nuestro país en los números 26-29 de la serie antológica Clásicos Marvel, con portadas de Carlos Pacheco. En una de ellas, concretamente la del nº 26, Pacheco homenajea la portada del crossover inédito JLA/Avengers # 3, (realizada por George Pérez) que comentábamos en el post anterior, con los miembros del Escuadrón Supremo sustituyendo a los de la JLA (de todas maneras, los miembros del Escuadrón Supremo YA eran las versiones Marvel de la JLA, por lo que en esta portada se produce un curioso doble efecto metarreferencial).


A pesar de que esta aventura de los Vengadores en el Oeste sirve de guía a esta de la JLA, no olvidemos que la vertiente western del universo DC es bastante más rica y está bastante más desarrollada que la de Marvel (a los anteriormente citados Jonah Hex, Cinnamon, Scalphunter, Bat Lash o El Diablo, habría que sumar varias decenas de personajes más, como por ejemplo Roving Ranger, Wyoming Kid, Hawk, Johnny Thunder, Firehair, Super-Chief, Tomahawk, Matt Savage -padre de Scalphunter-, Strong Bow, Pow-Wow Smith, y muchos otros…).

domingo, 22 de julio de 2012

LA REALIDAD COMPARTIDA DEL UNIVERSO DC
(Primera parte de tres)


Hace unos días leía en MAN OF BRONZE las siguientes declaraciones de Gail Simone, entresacadas de una entrevista concedida a Newsarama, en las que la presente guionista de Batgirl reflexionaba, entre otras cosas, sobre su estancia en la serie y el estado actual del universo DC:

"But, you know, I'm the girl who actually wants to make sense of Marvel Bunny and Jonah Hex and the Legion of Super-Heroes all being in the same universe. That's what made me fall in love with DC in the first place. Really, I would write that team-up in a heartbeat."

"Pero ya sabes, yo soy la chica que realmente quiere dar sentido a que el Conejo Maravilla y Jonah Hex y la Legión de Super-Héroes estén todos en el mismo universo. Eso es lo que hizo que me enamorase de DC en primer lugar. De verdad, aceptaría escribir ese team-up en un abrir y cerrar de ojos."

Las interesantes palabras de Simone se quedaron flotando en mi cabeza durante el tiempo suficiente como para que germinase en ella la idea de escribir el presente artículo dividido en tres partes, en las que voy a tratar de ilustrar con tres ejemplos extraídos del pasado reciente de la editorial el concepto de realidad compartida en el universo DC al que aludía anteriormente la escritora, articulados alrededor de la figura de Jonah Hex.

* CASO PRÁCTICO Nº 1: JUSTICE LEAGUE OF AMERICA # 159-160 (OCTUBRE-NOVIEMBRE DE 1978).


Guión: Gerry Conway.
Lápiz: Dick Dillin.
Tinta: Frank McLaughlin.
Portadas: Rich Buckler.
Título: # 159 (‘Crisis from Yesterday’) y # 160 (‘Crisis from Tomorrow’).

Como sabrán los más viejos del lugar, una de las tradiciones con más solera de la DC pre-Crisis era el encuentro anual entre la Justice League de Tierra-1 y la Justice Society de Tierra-2 en las páginas de la JLA (puesto que la JSA carecía por entonces de título propio). En estos encuentros ambos supergrupos unían fuerzas para hacer frente a una amenaza común. Las aventuras en las que los dos grupos se cruzaban recibían el nombre genérico de CRISIS. Para llevar a cabo dichas reuniones, uno de los dos grupos debía atravesar la barrera dimensional que separaba sendos universos paralelos, por lo que ambos grupos acordaban alternar el punto de encuentro de la reunión, celebrándose un año en Tierra-1 (en los cuarteles de la JLA) y al siguiente en Tierra-2 (en la base de la JSA).

Pues bien, en los números 159 y 160 de la JLA, Gerry Conway y Dick Dillin se encargan de narrarnos uno de esos tradicionales encuentros entre los dos equipos, esta vez en Tierra-1. El villano al que deberían enfrentarse sería el Señor del Tiempo.

El Señor del Tiempo.

Epoch, el Señor del Tiempo (‘The Lord of Time’) es un villano semidesconocido, creado originalmente por Gardner Fox y Mike Sekowsky, que hizo su primera aparición en el hoy lejano JLA # 10 (Marzo de 1962). Procedente del futuro, concretamente del año 3876 d.C., y desencantado con la aburrida sociedad perfecta de la que proviene, Epoch decide utilizar una máquina del tiempo llamada el Crono-Cubo para viajar al pasado y, valiéndose de su tecnología superior, ayudarse de ella para conquistar pueblos primitivos y cambiar el curso de la historia escrita. El único anhelo que mueve al Señor del Tiempo es su deseo personal de conquistar el espacio-tiempo. Un momento, espera un momento. ¿De qué me suena todo esto? Ah, ya. Kang.

Efectivamente, el Señor del Tiempo vendría a ser una especie de equivalente para la Liga de la Justicia de lo que es ‘Kang el Conquistador’ para los Vengadores. De hecho, la creación de Lee y Kirby (que data de Septiembre de 1964, un par de años posterior a The Lord of Time)) está claramente inspirada en la de Fox y Sekowsky, con la que además de compartir un origen casi idéntico, también guarda más de un parecido razonable desde el punto de vista estético. Los diseños de ambos trajes (incluyendo los cascos) son muy similares. Basta con comparar las ilustraciones. Es más, en los pocos cómics en que Kang es visto sin su casco (o en su futura identidad de Immortus), luce una perilla similar a la del Señor del Tiempo. Más allá de atributos faciales, hasta los interiores del Crono-Cubo y la nave de guerra de Kang son muy parecidos.


Incluso en la primera aparición de Kang en Avengers # 8 la parte superior de su uniforme era de color naranja, lo cual acentuaba aún más si cabe el parecido con su homólogo de DC. Ya en posteriores apariciones del villano en la serie el color del uniforme sería modificado hasta su característico tono verde y morado.

Kang - Color original de 1964.

Recoloreado posterior para la edición de Marvel Masterworks.

Fijaos si ambos personajes coinciden plenamente que Gerry Conway y George Pérez, en el fallido crossover original JLA/Avengers de los años 80 (que finalmente sería cancelado por disputas editoriales entre Marvel y DC) iban a utilizar a Kang y al Señor del Tiempo como villanos instigadores de la pelea entre ambos supergrupos. Como prueba queda esta ilustración original de Pérez de 1983, que iba a servir como portada doble del abortado número 3. Como todos sabéis, el crossover terminaría viendo la luz 20 años después, de la mano de Busiek y el propio Pérez, pero ya sin Kang ni el Señor del Tiempo como némesis principales.

Portada del crossover JLA/Avengers, de George Pérez, cancelado en los 80.

Y sin embargo, hoy en día Kang el Conquistador es uno de los grandes villanos de los Vengadores (y por extensión, del resto del universo Marvel), mientras que el Señor del Tiempo en sus 50 años de historia apenas ha contado con un puñado de apariciones esporádicas y dispersas en diferentes títulos DC. Kang ha crecido a lo largo de los años de la mano de numerosos autores, que lo han desarrollado exponencialmente como personaje, de tal manera que se puede afirmar sin tapujos que la copia ha llegado a superar con creces al modelo original. Tal es así que la mayoría de aficionados al cómic -que desconocen al Señor del Tiempo- no dudarían en hacer el juicio de valor a la inversa, catalogando a este último directamente de copia barata de Kang. ¿Quién es la copia y quién el modelo?

Creo que el Señor del Tiempo es un personaje con mucho potencial para convertirse en uno de los grandes villanos clásicos de la JLA y del universo DC. Tan sólo está a la espera de que algún avispado guionista se acuerde de él y lo rescate del ostracismo al que actualmente se encuentra sometido, dándole el desarrollo necesario para dejar de ser el personaje olvidado -y olvidable- que es hoy y convertirse en un antagonista de peso. Pero estoy divagando demasiado. Volvamos a estos números de la JLA.

Como decíamos, el Señor del Tiempo es el enemigo al que han de enfrentarse la JLA y la JSA en estos dos números. Para derrotar a los héroes, Epoch selecciona a los 5 mejores guerreros de la historia de Tierra-1, sustrayéndolos de sus épocas respectivas y controlándolos mentalmente, por lo que serán marionetas involuntarias en manos del villano. A pesar de ser 5 de los mejores luchadores de todos los tiempos, el Señor del Tiempo les concede superpoderes de manera temporal para que puedan hacer frente a ambos grupos. Los Cinco Guerreros de la Eternidad están compuestos por (en orden de antigüedad editorial):

Five Warriors from Forever.

- El Pirata Negro (The Black Pirate), creado por Sheldon Moldoff en ‘Action Comics’ # 23 (Abril de 1940). Jon Valor, guerrero de la Inglaterra del siglo XVI, es un corsario cuya espada luchó contra el dominio naval del Imperio Español durante la época de los Tudor. Posteriormente, el guionista James Robinson rescataría al personaje para su serie Starman durante los años 90, en la que llegó a protagonizar una saga durante los números 30-32. Sin lugar a dudas, Starman ha sido la serie que más ha hecho en toda la historia de la editorial por unificar y cohesionar la continuidad del universo DC, cimentando y enlazando grandes personajes del pasado con la actualidad más inmediata. Nunca se lo podremos agradecer lo bastante al señor Robinson, que en más de una ocasión realizó una auténtica labor de arqueología comiquera, excavando y rebuscando en el extenso catálogo DC de personajes olvidados.

- El Príncipe Vikingo (The Viking Prince), personaje creado por Robert Kanigher & Joe Kubert en el cómic de protagonismo coral ‘The Brave & The Bold’ # 1 (Agosto de 1955). Jon, hijo del rey Rikk Nube de Tormenta, destinado a heredar dos reinos… e inspirado tangencialmente en el Príncipe Valiente de Hal Foster.

- Miss Liberty, creada por Ed Herron y Fred Ray en ‘Tomahawk’ # 81 (Agosto de 1962). La enfermera Betty Lynn esconde tras un antifaz su identidad de luchadora enmascarada durante los días de la Guerra de la Independencia Norteamericana, combatiendo contra las tropas inglesas del rey Jorge III.

- El As Enemigo (The Enemy Ace), alias otorgado por los aliados de la Triple Entente al capitán Hans von Hammer, también conocido como El Martillo del Infierno (Hammer from Hell), aviador alemán durante la 1ª Guerra Mundial. Creado por Robert Kanigher y la leyenda viva Joe Kubert en ‘Our Army at War’ # 151 (Febrero de 1965), inspirándose en la figura histórica del Barón Rojo (Manfred von Richthofen), el mítico as de las alturas del bando del Kaiser.

- Jonah Hex, creado por John Albano y Tony DeZuñiga en ‘All-Star Western’ # 10 (Marzo de 1972). De verdad, creo que este personaje no necesita presentación. Sencillamente se trata del mejor personaje de la vertiente ‘western’ del universo DC.


Al juntar a estos 5 personajes de la editorial procedentes de géneros pulp muy alejados en principio del género superheróico -incluso temporalmente- (el cómic bélico representado por el As Enemigo, el cómic western por Jonah Hex, los cómics de piratas por The Black Pirate, la espada y brujería por el Príncipe Vikingo o las aventuras de ambientación histórica por Miss Liberty) se matan 5 pájaros de un tiro, puesto que de esta forma queda establecido que las aventuras aparentemente inconexas de todos los personajes pertenecientes a dichos géneros transcurren en realidad en el mismo universo compartido, integrándose y validándose dentro del universo superheróico principal DC. Golpe maestro, por tanto, el ejecutado por la editorial (o en este caso Gerry Conway) con el guión de este par de cómics.

Sinopsis argumental de JLA # 159-160:

Durante la reunión anual de la JLA y la JSA celebrada en Tierra-1, el Señor del Tiempo, ayudado por su computadora viviente ‘el Cerebro de la Eternidad’, logra infectar a los miembros de ambas escuadras con un letal virus procedente del futuro. Tan sólo se salvan Superman, Flash, Elongated Man y Hawkman por parte de la JLA y Wonder Woman, La Cazadora, el Dr. Medianoche y Star Spangled Kid por parte de la JSA, ausentes por diferentes motivos de la reunión (en realidad el tema de la enfermedad de origen vírico se antoja una excusa argumental por parte del guionista para manejar un número razonable de personajes, seleccionados de ambos grupos, a lo largo del cómic). Sin embargo, Aquaman, debido a su particular morfología híbrida humano/atlante, no resulta infectado, por lo que queda al cuidado en el Hospital General de Gotham de los restantes miembros enfermos (Átomo, Batman, Canario Negro, Green Arrow, Green Lantern, Hawkgirl, Tornado Rojo y Wonder Woman de Tierra-1 por parte de la JLA, y el Doctor Fate, Jay Garrick, Alan Scott y Superman de Tierra-2 por parte de la JSA).

Mientras tanto, el Señor del Tiempo abduce a los 5 Guerreros de la Eternidad y los manipula mentalmente, dotándoles con superpoderes y arrojándolos contra los miembros supervivientes de los dos equipos. El Príncipe Vikingo y el Pirata Negro se enfrentan al combo integrado por Flash, la Cazadora, el Doctor Medianoche, Ralph Dibny y Wonder Woman, al tiempo que el As Enemigo, Jonah Hex y Miss Liberty se enfrentan a Superman, Hawkman y Star Spangled Kid. Los héroes son derrotados con facilidad, como ilustra esta magnífica splash page de Dick Dillin, el dibujante histórico de la Liga de la Justicia, en un magnífico estado de forma en el momento en que dibujó estos números.

Dick Dillin en todo su esplendor.

Sin embargo, cuando la victoria del Señor del Tiempo parece completa, su ordenador viviente se rebela contra él, tomando el mando de su Palacio de la Eternidad en el año 3876. La intención última del Cerebro no es conquistar el tiempo, sino detener la corriente temporal para siempre, congelándola en un instante eterno. El Señor del Tiempo se ve obligado a utilizar a los 5 Guerreros de La Eternidad contra el Cerebro viviente, en un intento por recuperar el control de la situación. Pero durante el asalto al Palacio, el Cerebro utiliza un ejército de monstruos prehistóricos y hombres lagartos extraídos de la corriente temporal para rechazar el ataque. Como resultado, los 5 Guerreros son derrotados y aprisionados en celdas.




En el presente, los héroes derrotados recuperan la consciencia, y deciden viajar hasta el Palacio de la Eternidad ubicado en el futuro para vencer al Cerebro viviente. Para viajar en el tiempo utilizan la cinta cósmica de Flash. Una vez allí, los héroes combaten a las defensas interpuestas por el Cerebro, si bien van cayendo derrotados uno por uno. Finalmente, Ralph Dibny será el encargado de disparar y destruir al Cerebro viviente, por lo que el bueno de Elongated Man no tardará en adjudicarse todo el mérito de la victoria en exclusiva (no sé qué pensaréis vosotros, pero a título personal yo siempre he preferido a Ralph Dibny antes que a Plastic Man como miembro de la JLA. A la hora de elegir entre personajes ‘repetidos’, Elongated Man me parece más personaje que la creación de Jack Cole, que no deja de ser un mero recurso cómico en ocasiones excesivamente cargante).

Los 5 Guerreros de la Eternidad regresan inmediatamente a sus épocas respectivas, sin conservar un solo recuerdo de lo vivido, mientras que el Señor del Tiempo logra escapar jurando venganza contra la JLA. Al regresar al presente, los héroes descubren que Aquaman, con ayuda de la maquinaria de alta tecnología del Satélite de la JLA, ha logrado aislar el elemento clave de su inmunidad al virus del Señor del Tiempo, y por lo tanto ha logrado curar a sus amigos enfermos.